El uso responsable de la energía

Promovemos el Uso Responsable de la Energía porque consideramos que la responsabilidad conlleva varios factores que debemos tener en cuenta a la hora de cuidar los recursos energéticos: compromiso, solidaridad, seguridad y eficiencia. Para poder hacer un “uso responsable”, debemos cambiar ciertos hábitos y costumbres que sólo tendrán efecto si comprendemos que esta práctica es beneficiosa para el bolsillo, para la familia, para el servicio eléctrico en sí, para la comunidad y para el planeta.

Tips para el uso Responsable de la Energía

Aire Acondicionado

• Regula los aparatos de aire acondicionado en 24° cuando haga calor. Por cada grado inferior a esa temperatura, el consumo aumenta entre un 5% y 7%.
• Si tienes más de un aire acondicionado, no utilices todos al mismo tiempo.
• Apaga el aire acondicionado una vez que el ambiente esté refrigerado.
• Mantén cerrada las puertas y ventanas de las habitaciones mientras quieras mantener el ambiente climatizado.
• Limpia periódicamente los filtros.

Energía en espera

• Desenchufa aquellos artefactos eléctricos que permanecen conectados a la red sin estar encendidos (equipos de música, televisores, microondas, decodificadores de televisión, consolas de video juegos, etc.) ya que estarás consumiendo electricidad de todas formas. Ese consumo se denomina “energía en espera”. Procura hacerlo, especialmente, antes de ir a dormir.
• Una buena opción es conectar los equipos a una base con interruptor on/off para evitar la tarea de enchufar/desenchufar.
• Apaga la computadora cuando termines de usarla, una PC en modo de espera equivale hasta un 70% de su consumo en modo encendido.

Refrigeradora

• Asegúrate de que la puerta cierre bien. Cambia el burlete si está dañado. Abre la puerta sólo cuando sea necesario y por el menor tiempo posible. Estos tips ayudarán a que tu heladera no trabaje innecesariamente.
• Enfría completamente las comidas antes de colocarlas en la heladera, para que no trabaje de más el motor.
• Si tienes congelador/freezer, ten la precaución de descongelarlo regularmente. El sobreconsumo comienza cuando la caja de hielo llega a un espesor de 5 mm.
• Ubica la heladera lejos de fuentes de calor, o a una distancia mínima de 15 cm de la pared o muebles más cercanos.
• Desenchufa la heladera si te vas a ausentar por un tiempo prolongado.

Lavadora

• Aprovecha la capacidad máxima aconsejada por el fabricante para lavar la ropa.
• Si lavas poca cantidad de ropa, utiliza los programas económicos.
• Usa la cantidad correcta de jabón para no tener que realizar más de un enjuague.
• Lava siempre que se pueda con programas de agua fría.

Plancha

• Plancha en horas de baja demanda (por la mañana o por la noche).
• Evita secar la ropa con la plancha.
• Gradúa el regulador de acuerdo al tipo de tejido a planchar.
• Desconecta la plancha antes de concluir la tarea para aprovechar el calor sobrante.
• Junta cantidades de ropa para planchar, evitando así desperdicios de energía con el reiterado encendido y apagado de tu plancha.

Iluminación

• Evita dejar las luces encendidas si no las estas utilizando.
• Aprovecha la luz natural al máximo.
• Cambia en forma progresiva los focos comunes por LED, ya que requieren menos energía y duran más. Es importante verificar la calidad de estos productos a la hora de comprarlos.
• Pinta de colores claros las paredes internas y techos de tu casa, así podrás utilizar lámparas de menor potencia para iluminar los ambientes.
• Mantén limpios los focos; la tierra acumulada disminuye la intensidad de luz en un 50%.
• De ser posible, utiliza sensores de movimiento, temporizadores o reguladores para la iluminación.

¿Por qué es mejor utilizar luminarias LED para la iluminación?

Las luminarias LED presentan múltiples ventajas sobre la iluminación tradicional:

• Son más seguras que los focos convencionales porque son menos contaminantes: no tienen mercurio ni tungsteno. Además, reduce las emisiones de CO2 en un 80%.
• Duran mucho más. Hasta, aproximadamente, 50.000 horas de uso frente a las 2.000 horas de un foco estándar. Pueden llegar a durar más de 15 años si las encendemos unas 8 horas al día, y requieren un mantenimiento mínimo (casi nulo).
• No generan calor, así que no queman (el 80% de la energía que consumen se convierte en luz, al contrario que la bombilla incandescente, que pierde ese mismo porcentaje en forma de calor).
• Producen un ahorro considerable en relación costo-beneficio. Consumen hasta un 85% menos que las bombillas tradicionales. Si bien son más costosos, duran mucho más, por lo que se justifica sobradamente la inversión.
• Alcanzan la iluminación plena de manera instantánea (a diferencia, por ejemplo, de las lámparas de bajo consumo, que tardan en llegar a ese estado).
• No pierden prácticamente intensidad lumínica a lo largo de su vida, a diferencia de los focos normales.

Fuente: https://www.enersa.com.ar